Navegador
En entradas anteriores se ha mencionado que los navegadores son aparatos para espiar. Partimos de que si un producto no tiene precio, es porque tú eres el producto. Usamos para acceder a la red mediante navegadores. Y esta necesidad lo saben varias empresas. Algunos navegadores son por ejemplo: Chrome, Safari, Firefox, Waterfox...
Algunas de las funciones que cumplen dichos navegadores es: Nos aportan un buscador, nos recuerdan las páginas que hemos visitado, nos guarda las contraseñas.
En presentación esto es muy bonito y decorado, pero en realidad estamos aportando información vital a una empresa que no sabemos como lo usará. Es una invasión de la privacidad.
Privacidad.
Si usamos algunas de las funciones de los navegadores ponemos en riesgo la información anterior. El historial, las contraseñas ya no son solo nuestras. Podemos decir, que cuantas más funciones tenga un navegador, menos privacidad tiene, por norma general. Algunas de esta funciones pueden venir a modo de extensión o complemento que se instala en el navegador. Estos se encargan de funciones específicas como barras de búsqueda, integración con otros servicios, bloqueo de pop-ups, etc. Pero algunos complementos también pueden saquear la privacidad que no nos robe el navegador por si solo.
Las cookies.
No, no son galletas. Las cookies son información como opciones de idioma o visualización elegidas, el contenido que ha sido consultado, el identificador de sesión de un usuario o las credenciales de acceso; Que los navegadores almacenan en el ordenador con datos del usuario sobre las páginas web visitadas.
Para usar algunos servicios se tienen que aceptar, por lo único que nos queda es borrárlas de vez en cuando.
Actualizaciones.
En algunos casos lo mejor es siempre tener el navegador actualizado para evitar cualquier brecha de seguridad. Tenemos una entrada específica sobre actualizaciones.
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